domingo, 5 de octubre de 2014

Ernesto del Río nos presenta Mazarredo, una de las zonas más atractivas de Bilbao

MAZARREDO DE LA MANO DE …
Ernesto del Río, Director, Guionista y Productor

«Fue un barrio poco valorado, hoy todo lo contrario»
El cineasta asegura que este céntrico enclave no es «impersonal», sino que mantiene «esa esencia de barrio»

Hacia el año 1980 éste era un barrio poco valorado, una zona en profunda depresión. Olvidada. La ría no existía, porque no podías acceder a ella. Estaba vedada. La ciudad se acababa en la calle Mazarredo», evoca Ernesto del Río, director del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (ZINEBI–que este año celebrará su 56 edición–además de guionista, productor, director de cine y licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto. Aunque vivió en el barrio ‘tomatero’ hasta su primer cuarto de siglo–nació en 1954– enseguida se trasladó al Ensanche. Allí vivió buena parte de su familia, lo que revestía al enclave de cierto aire «sentimental».
Así que en 1981 cogió sus bártulos, cruzó el puente levadizo y los llevó a Mazarredo, tal y como hicieron numerosos jóvenes de la época que decidieron participar en un «fenómeno de recuperación» del centro de las ciudades. «Aprovechamos que las casas eran antiguas y estaban baratas, no así los créditos, y procuramos sacarles el valor. Y luego siempre quise vivir aquí, me parecía la zona más atractiva de Bilbao aun como estaba, donde mejor representaba mi idea de ciudad. Pero me gusta más ahora», confiesa.
Décadas después, «se ha creado una zona nueva». El Ensanche se ha convertido en uno de los barrios «más valorados» –a principios del siglo XX también era una zona «buena»–. Y en un emplazamiento caro, al mismo tiempo, donde «un joven ahora no puede venir a vivir, por los precios inasumibles». Esta afirmación es la que conduce a Ernesto a suponer que su barrio «corre el riesgo de envejecer». El proceso, sin embargo, ha sido «muy gradual y, a pesar de que ha ido cogiendo identidad, no está tan consolidado como en otros lados. Han pasado veinticinco años hasta este cambio que va en consonancia con la propia transformación de la ciudad». El museo Guggenheim y la apertura a la ría, «que culmina con las Torres Isozaki», fueron dos hitos que marcaron la metamorfosis de la zona.
Con todo, Mazarredo «no ha perdido esa esencia de barrio. Otras zonas quizás son más impersonales. Aquí tengo la impresión de que el ambiente es más íntimo». Y equilibrado. Tiene bares, galerías, supermercados... y pequeños negocios «supervivientes de algo que cada vez hay menos». Como Afilados Abando en la calle Lersundi –antes en Cosme Echevarrieta– que lleva alrededor de sesenta años y ahora también cuenta con una prolongación en un polígono de Asua. Las galerías de arte, asimismo, han conquistado el tramo de la calle Juan Ajuriaguerra entre Heros y Alameda de Recalde, no muy lejano del museo de Frank Gehry que ha aumentado la presencia de turistas en el barrio, aunque «está nutrido mayormente por público de los propios vecinos». «La de Mitxel Mejuto es, con la de Windsor, la mejor», asegura.
Los bares también se imponen en Mazarredo. Hubo una época en la que la marcha nocturna mandó en la zona. «En la década de 1980 fue la invasión de los bares de copas y hasta la de 1990 se hizo muy popular, llegando a ser incluso conflictiva. Luego ha decaído», cuenta. Al cineasta lo que le gusta, sin embargo, es visitar el bar Residence porque «hace de todo. Te da de desayunar, un vino, cierra tarde y es de los pioneros en ofrecer música en directo».
En materia de almuerzo tampoco se salva el Mami Lou, un entrañable y singular local en el que «hacen pasteles de verdad». Un saloncito de película en pleno Ensanche. Como lo fue este barrio en manos de Ernesto con ‘Hotel y domicilio’ (1995) o de Enrique Urbizu y ‘Tu novia está loca’ (1988), con las que Mazarredo se convirtió en un auténtico plató.